Hay regresos que funcionan como un latido colectivo, como si la ciudad completara un pulso que llevaba demasiado tiempo suspendido. Diez años después, Robert Plant vuelve a Argentina y la noticia corre por nuestra agenda cultural de espectáculos como un temblor eléctrico: el Golden God aterriza otra vez en Buenos Aires, esta vez para presentar Saving Grace, el proyecto que lo encuentra navegando nuevos territorios sonoros junto a su banda y la luminosa voz de Suzi Dian.

Plant carga con la historia de un continente entero de rock sobre los hombros, pero su andar actual es otro: más íntimo, más contemplativo, casi como si hubiera decidido que el tiempo —ese que lo convirtió en mito desde los días incendiarios de Led Zeppelin— merece ser escuchado con guitarras templadas, raíces folk y una espiritualidad terrenal que huele a madera y a caminos polvorientos. El exiliado voluntario del Olimpo del hard rock prefiere ahora hablar desde un lugar donde la voz se vuelve territorio emocional, no solo proeza técnica.

Y sin embargo, hay algo profundamente argentino en este retorno. Quizás porque su historia cargada de pérdidas, reinvenciones y resiliencias resuena con una sensibilidad local que entiende demasiado bien lo que significa reconstruirse. O tal vez porque en un presente cultural sacudido por tensiones económicas, discusiones políticas y peleas por la identidad, su música abre una rendija para imaginar otros modos de habitar el mundo.

Saving Grace no es un álbum más: es la destilación de un largo viaje artístico que comenzó en West Bromwich en los sesenta, entre blues norteamericano, noches frías y sueños abrasivos. Es el eco maduro de alguien que supo atravesar tragedias personales, despedir a sus propios dioses y volver siempre a la música como abrigo y brújula. Y que ahora trae ese mapa emocional a Buenos Aires, dispuesto a compartirlo con un público que lo sigue con devoción desde hace medio siglo.

El 10 de mayo, el Teatro Gran Rex se transformará en santuario. No uno de explosión y hedonismo, sino de esa energía que se enciende cuando un artista histórico se permite ser vulnerable, abrir las puertas de su viaje y entregarlo sin artificios. Ya están disponibles las entradas, con ubicaciones que van desde la platea con valores entre 305.000 y 415.000 pesos, pasando por el super pullman que oscila entre 280.000 y 295.000, hasta el pullman desde 140.000 a 230.000 pesos, todos valores sin service charge.

Para quienes buscan en nuestra agenda cultural de espectáculos no solo fechas y precios, sino también la vibración íntima de los artistas que aman, este regreso de Robert Plant es una cita ineludible. No porque se trate de un ícono —que lo es— sino porque su presente artístico merece ser escuchado con la misma pasión con la que alguna vez gritamos sus himnos eternos.

Calle del espectáculo: Avenida Corrientes 857

Cudad donde se realiza: Buenos Aires

Entradas anticipadas: sistema TuEntrada